jueves, 17 de junio de 2010

PRESENTACIÓN

Los avances en el campo de la biotecnología han supuesto la aparición de los denominados alimentos transgénicos. Simultáneamente, se ha generado un gran debate social en torno a los beneficios y los riesgos que pueden suponer para la sociedad. La gran cantidad de información que llega a los consumidores, en muchos casos poco contrastados y falta de rigor, ha provocado una gran confusión que ha llevado a la intervención de la Administración. Aunque la legislación es muy restrictiva en lo que respecta a la producción, elaboración y comercialización de estos productos. En general, es raro encontrar productos transgénicos en el mercado o por lo menos productos que así lo indiquen en su etiqueta, si bien es verdad que las empresas pueden mostrarse reacias a etiquetar sus productos con esta indicación, porque piensan que el consumidor podría rechazarlos.


Se presentan las filosofías bajo las cuales se defiende o critica la producción de alimentos transgénicos: la reduccionista y la crítica u holística, así como también aspectos relacionados con la construcción de los alimentos transgénicos, señalando su relación con la salud y algunas contradicciones que suelen ser citadas por los defensores de los alimentos transgénicos. También se destacan algunas opiniones expresadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre este particular, donde se reafirma la incertidumbre actual existente en esta materia.

Además se plantean varias interrogantes alrededor de este tema concluyendo que, a la fecha, no hay evidencias claras para afirmar que los alimentos transgénicos son seguros e inocuos para la salud.

Finalmente, se mencionan varias de las acciones emprendidas en el país y otras regiones del mundo tendientes a la aplicación del Principio de Precaución y a la defensa de los derechos de los consumidores.

INTRODUCCIÓN

Los alimentos transgénicos son aquellos que han sido modificados genéticamente para diferentes fines: mejor sabor, más atractivos a los sentidos, mayor facilidad para pelar o comer, más resistentes a plagas, etc. Pero al fin y al cabo no deja de ser un organismo vivo creado artificialmente gracias a la manipulación de genes.
Según este primer párrafo los alimentos transgénicos sólo tienen ventajas para el ser humano, están pensados para hacer la vida más fácil y sencilla; pero como todos los nuevos descubrimientos e investigaciones de hoy en día, los alimentos transgénicos también tienen sus opositores, y sus argumentos no son nada despreciables, en este trabajo vamos a comparar los perjuicios con los beneficios de estos alimentos, y al final intentaremos sacar una conclusión sobre si son negativos o positivos.


ALIMENTO TRANSGÉNICO

Los alimentos sometidos a ingeniería genética o alimentos transgénicos son aquellos que fueron producidos a partir de un organismo modificado genéticamente mediante ingeniería genética. Dicho de otra forma, es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir una característica deseada. En la actualidad tienen mayor presencia alimentos procedentes de plantas transgénicas como el maíz, la cebada o la soja.
La ingeniería genética o tecnología del ADN recombinante es la ciencia que manipula secuencias de ADN (que normalmente codifican genes) de forma directa, posibilitando su extracción de un taxón biológico dado y su inclusión en otro, así como la modificación o eliminación de estos genes.

En esto se diferencia de la mejora clásica, que es la ciencia que introduce fragmentos de ADN (contiendo como en el caso anterior genes) de forma indirecta, mediante cruzamientos dirigidos.
La mejora de las especies que serán usadas como alimento ha sido un motivo común en la historia de la Humanidad.

Información general de los alimentos transgénicos
Se denomina alimento transgénico al alimento portador de material genético perteneciente a especies no emparentadas transferido a él mediante ingeniería genética.
Estos alimentos se obtienen para :
Que tengan una vida comercial mas larga.
Resistan condiciones ambientales agresivas, como heladas, sequías y suelos salinos.
Resistan herbicidas.
Resistan plagas de insectos.
Resistan enfermedades
Tengan mejores cualidades nutritivas


PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Por un lado, científicos y empresas multinacionales argumentan que estos avances tecnológicos de modificar genéticamente los alimentos son un gran avance ya que los hacen mejores y los refuerzan en distintos aspectos. Por otro, hay muchas razones para que grupos humanos y grupos ecologistas consideren que quizá manipular los alimentos no es lo mejor.
Estamos jugando con la naturaleza y un equilibrio muy frágil puede ser fácilmente desbalanceado. También se discute el derecho que tiene una persona de conocer que está comprando/consumiendo este tipo de alimentos. El gobierno de los Estados Unidos así como las empresas vendedoras de los alimentos transgénicos no desean que el público sepa, que estos alimentos `especiales' se etiqueten.
¿Qué es lo correcto? ¿Debemos correr el riesgo por el progreso de la ciencia?
¿O debemos detenernos un segundo y considerar las catastróficas consecuencias de la comercialización indiscriminada de estos alimentos?

OBJETIVOS

Propósito general : Obtener información general sobre los llamados alimentos transgénicos
Propósitos específicos:
Enumerar los peligros de estos alimentos
Averiguar la opinión de distintos expertos sobre el tema.
Estudiar su uso actual y el futuro de los alimentos genéticamente modificados

TRANSFERENCIA HORIZONTAL

Se ha postulado el papel de los alimentos transgénicos en la difusión de la resistencia a antibióticos, pues la inserción de ADN foráneo en las variedades transgénicas puede hacerse (y en la mayoría de los casos se hace) mediante la inserción de marcadores de resistencia a antibióticos.

No obstante, se han desarrollado alternativas para no emplear este tipo de genes o para eliminarlos de forma limpia de la variedad final y, desde 1998, la FDA exige que la industria genere este tipo de plantas sin marcadores en el producto final.

La preocupación por tanto es la posible transferencia horizontal de estos genes de resistencia a otras especies, como bacterias de la microbiota del suelo (rizosfera) o de la microbiota intestinal de mamíferos (como los humanos). Teóricamente, este proceso podría llevarse a cabo por transducción, conjugación y transformación, si bien esta última (mediada por ADN libre en el medio) parece el fenómeno más probable.

Se ha postulado, por tanto, que el empleo de transgénicos podría dar lugar a la aparición de resistencias a bacterias patógenas de relevancia clínica.
El simple procesado de los alimentos durante previo al consumo degrada el ADN.

Además, en el caso particular de la transferencia de marcadores de resistencia a antibióticos, las bacterias del medio ambiente poseen enzimas de restricción que degradan el ADN que podría transformarlas (este es un mecanismo que emplean para mantener su estabilidad genética).

ORGANISMO MODIFICADO GENÉTICAMENTE, OMG

Es un organismo vivo que ha sido creado artificialmente manipulando sus genes. Las técnicas de ingeniería genética consisten en aislar segmentos del ADN (el material genético) de un ser vivo (virus, bacteria, vegetal, animal e incluso humano) para introducirlos en el material hereditario de otro. Por ejemplo, el maíz transgénico que se cultiva en España lleva genes de bacteria que le permiten producir una sustancia insecticida.

La diferencia fundamental con las técnicas tradicionales de mejora genética es que permiten franquear las barreras entre especies para crear seres vivos que no existían en la naturaleza. Se trata de un experimento a gran escala basado en un modelo científico que está en entredicho.

Algunos de los peligros de estos cultivos para el medio ambiente y la agricultura son el incremento del uso de tóxicos en la agricultura, la contaminación genética, la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo de resistencias en insectos y "malas hierbas" o los efectos no deseados en otros organismos. Los efectos sobre los ecosistemas son irreversibles e imprevisibles.


Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos.

Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. En Argentina, por ejemplo, la entrada masiva de soja transgénica exacerbó la crisis de la agricultura con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de la producción de alimentos para consumo local.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de tecnologías sostenibles y justas, el acceso a los alimentos y el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e influencia política para desviar los recursos financieros que requieren las verdaderas soluciones.


Defendemos la aplicación del Principio de Precaución y nos oponemos por lo tanto a cualquier liberación de OMG al medio ambiente. Los ensayos en campo, incluso a pequeña escala, presentan igualmente riesgos de contaminación genética, por lo que también deben prohibirse.

Greenpeace no se opone a la biotecnología siempre que se haga en ambientes confinados, controlados, sin interacción con el medio. A pesar del gran potencial que tiene la biología molecular para entender la naturaleza y desarrollar la investigación médica, esto no puede ser utilizado como justificación para convertir el medio ambiente en un gigantesco experimento con intereses comerciales.

PROYECCIÓN DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES CON RELACIÓN A LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS.

Diversas organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Codex Alimentarius, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Centro Internacional de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIIGB), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), están realizando acciones con vistas a evaluar la inocuidad y los aspectos nutricionales de los alimentos obtenidos por medios biotecnológicos (FAO, 2002; FAO/OMS, 2005). A continuación se exponen diferentes acciones llevadas a cabo por algunas de estas organizaciones.
  • La labor de la FAO en el sector de la Biotecnología consiste en ayudar a los estados miembros, en particular a los países en desarrollo, a obtener los beneficios derivados de su aplicación en la agricultura y la pesca; proporcionar información técnica y asistencia, así como análisis socioeconómicos y ecológicos sobre las principales novedades tecnológicas; además de certificar normas internacionales relacionadas con el tema (FAO/OMS 2005).

  • Diferentes aspectos relacionados con el tema han sido objeto de análisis y discusión en la Agenda de Trabajo del Grupo de Acción Intergubernamental del Codex Alimentarius, elaborándose varios documentos sobre evaluación de los aspectos de inocuidad y valor nutricional; principios para análisis de riesgos; rastreabilidad; métodos de análisis, entre otros. Aunque las directrices y los principios que elabora la comisión no son de obligatorio cumplimiento, el hecho que sean los propios estados los que las aprueban las convierte en un punto de referencia para las disputas comerciales en el seno de la OMC (FAO, 1999; FAO/OMS, 2001; 2000).

  • La OMC, a través de los Acuerdos sobre Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y el de Barreras Técnicas al Comercio, provee los lineamientos para que los países elaboren sus regulaciones sobre la base de la ciencia y puedan solucionar sus diferencias bilateralmente (Compés, 2003; Larach, 2001).

  • El CIIGB realiza investigaciones avanzadas y organiza actividades de capacitación sobre Biología Molecular y Biotecnología. Facilita información y capacitación sobre bioseguridad y evaluación de riesgos para la introducción en el medio ambiente de OMGs (FAO; 2001a; FAO/OMS, 2005).
  • El Grupo de expertos de la OCDE elabora documentos con información sobre conceptos y principios de la evaluación de la inocuidad de los alimentos obtenidos por medios biotecnológicos modernos, y actualmente desarrolla nuevas metodologías que incluyen la identificación de niveles de nutrientes, antinutrientes y posibles toxinas y alergenos en todo tipo de plantas de cultivo (FAO/OMS, 2005; OCDE, 1996).

  • En la reunión de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica, se adoptó el Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología, el cual tiene como objetivo garantizar un nivel adecuado de protección en la esfera de la transferencia, manipulación y utilización de organismos vivos modificados que puedan tener efectos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana, centrándose concretamente en los movimientos transfronterizos (FAO/OMS, 2005; Secretaría Convenio Diversidad Biológica, 2000).

  • La OIE, garantiza la seguridad sanitaria del comercio mundial mediante la elaboración de reglas sanitarias aplicables a los intercambios internacionales de animales y productos de origen animal tanto tradicionales como transgénicos (Organización Internacional de Epizootias, 1996).

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS PARA EL HOMBRE?

Además de las consecuencias indirectas derivadas de su interacción con otros organismos del ecosistema, nuevos o alterados genéticamente, hay peligros reales a causa de la ingestión de productos transgénicos. Según una encuesta de la Sociedad Internacional de Quimioterapia, realizada entre investigadores de 25 países, el 57% de ellos considera que el riesgo de comercializar sin restricción maíz resistente a antibióticos es "inaceptable".

El organismo encargado de velar por la seguridad de los alimentos y medicinas de los Estados Unidos, la FDA declaró que los industriales deberían vigilar que estos productos "no estén presentes ni en los alimentos ni en los derivados de las nuevas variedades de plantas".

Los transgénicos amenazan nuestra salud y deterioran el medio ambiente. Contaminan otros cultivos y destruyen la agricultura familiar, agravando el hambre en el mundo. La coexistencia no es posible. Consumidores/as y agricultores/as tenemos el derecho y la responsabilidad de conocer y decidir cómo y dónde se producen nuestros alimentos.


Investigadores del Instituto Estatal para el Control de Calidad de los Productos Agrícolas, en Holanda, han demostrado que los genes resistentes a antibióticos, introducidos en la comida, pueden "transferir su resistencia a las bacterias existentes en el estómago" y crear "superbacterias" que no pueden ser aniquiladas ni con los antibióticos más potentes.

Alguno de estos hallazgos molestan extraordinariamente a los centros donde se han descubierto, ya que muchos de ellos reciben subvenciones de la industria farmacéutica. Una de las mayores autoridades mundiales en proteínas vegetales, el profesor Arpad Pusztai, fue obligado a abandonar el Instituto Rowett, en Escocia, tras desvelar que la comida alterada genéticamente podría dañar los órganos vitales de las ratas. Otros científicos confirmaron sus hallazgos. Así, el Dr. Vyvyan Howard, de la Universidad de Liverpool, ha señalado que las patatas transgénicas afectan al crecimiento, metabolismo y funciones inmunes de estos animales, con lo que se plantea la duda de si sucederá igual en los seres humanos.


Genes para la salud

Algunos de los organismos modificados genéticamente no están diseñados para producir más o menos baratos, sino para curar enfermedades. Por ejemplo, la Universidad Autónoma de Madrid presento el hallazgo de un gen de origen vegetal para el tratamiento del cáncer.

Las posibilidades terapéuticas de plantas y animales transgénicos parecen cada día mayores. Incluso el tabaco puede convertirse en una fuente importante de hemoglobina si se insertan genes humanos en la planta. De ahí a la sangre vegetal todavía queda un camino que tardará en recorrerse, pero que ya está perfilado.

Como en todas las cosas, lo que es beneficioso o perjudicial se diferencia simplemente por el discernimiento de los seres humanos, el grave problema es que éste, no va siempre acorde con los intereses económicos, ni con otros menos confesables.

CONTRAS DE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS
1.- Falta de información y transparencia
. Algunos alimentos transgénicos se están usando mezclados y de forma indistinta con alimentos no modificados. Esto, junto a la falta de legislación sobre el control y el etiquetado de estos productos, hace que el consumidor no tenga derecho a saber que come ni a escoger si desea o no consumir alimentos modificados.
2.- Falta de seguridad para la salud de las personas.
Estos efectos hoy por hoy no están evaluados correctamente y su alcance sigue siendo desconocido. Algunos de los posibles riesgos son alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados, entre otros. Esto se debe a que muchos de los genes usados no hubieran estado presentes jamás en nuestra dieta sino es por el uso de estos alimentos.
Pero el verdadero temor que tienen muchos científicos es que los genes artificiales o proteínas que se le han adicionado al organismo se transfieran al genoma del ser humano. Según las últimas investigaciones este riesgo es bajo, pero no por ello nulo.
3.- Ausencia de alguna justificación ética y/o política.
Dado que estos alimentos no son estrictamente necesarios para el ser humano, y por lo tanto podemos prescindir de ellos, es aquí donde entra el debate ético, cuya principal cuestión es que si tiene sentido ético correr el riesgo que conlleva la manipulación genética.
Por otro lado, algunos grupos políticos indican que se siguen más los intereses de ciertas empresas (generalmente económicos) que el beneficio de la población.
4.- Riesgos medio ambientales. En este ámbito es en el que los efectos son más diversos.
Hay riesgo sobre los propios organismos modificados, puesto que no sabemos cómo reaccionarán esas especies a largo plazo.
También debemos citar el riesgo para los ecosistemas, puesto que existe una elevada contaminación del suelo, pérdida de la biodiversidad, desarrollo de resistencia a insectos y “malas hierbas” o los efectos no deseados sobre organismos ajenos.



Todos estos riesgos son irreversibles, es decir no tienen vuelta atrás, e imprevisibles, puesto que no sabemos cuándo ni en qué medida aparecerán.

PROS DE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS
1.- Alimentos con una mayor productividad.
Esta es la principal ventaja que exponen las empresas productoras de alimentos transgénicos. Es debido a que estos alimentos son más resistentes a plagas y parásitos, debido a que la mejora genética es mucho más eficaz que los insecticidas o desparasitadores por vía externa. Así se consigue que haya menos organismos que mueran por plagas o parásitos, lo que incrementa notablemente (aprox. 9 %) los organismos vivos.
2.- Alimentos más ecológicos.
El mayor beneficio en este ámbito es debido al menor uso de sustancias tóxicas para tratar plagas y parásitos, lo que conlleva una reducción de la emisión de estas sustancias a la atmósfera, al suelo y al agua, así es el modo por el que se reduce la contaminación.
3.- Alimentos más nutricionales.
Se pueden lograr alimentos con mayores características nutricionales que las que tienen los organismos naturales.

EFECTOS DE LOS TRANSGÉNICOS PARA EL MEDIO AMBIENTE


La coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos no es posible.

Las variedades transgénicas contaminan genéticamente a otras variedades de la misma especie o a especies silvestres emparentadas.

Por ejemplo, en México, el centro de diversidad y origen mundial del maíz, los maíces transgénicos importados de EE.UU. están contaminando las variedades tradicionales. Los casos son especialmente graves en los estados de Puebla y Oaxaca. En Europa la colza transgénica es un cultivo de alto riesgo dado que existen parientes silvestres de este cultivo. La permisividad del Gobierno chino respecto a la importación de soja transgénica, pone en peligro el centro de diversidad y origen mundial de este cultivo, pudiendo ocurrir lo mismo que pasó en México con el maíz. Una vez liberados al medio ambiente los transgénicos no se pueden controlar.

La CONTAMINACIÓN GENÉTICA ES IRREVERSIBLE E IMPREDECIBLE, no se puede volver a la situación de partida. La polinización depende de factores naturales y por lo tanto es imposible controlarla.

Efectos desconocidos o impredecibles


El conocimiento científico sobre el funcionamiento de los genes es todavía muy limitado y las técnicas actuales de ingeniería genética no permiten controlar los efectos de la inserción de genes extraños en el ADN de un organismo. La ingeniería genética aplicada para la creación de los cultivos transgénicos parte del principio de que los genes tienen una función en sí mismos, sin tener en cuenta ningún otro factor interno o externo al organismo. Resulta imposible predecir el comportamiento de los nuevos genes introducidos en ecosistemas complejos.

Contaminación del suelo


Por ejemplo, las plantas Bt (los maíces cuyo cultivo es tolerado por el Gobierno en España pertenecen a dos tipo de maíz Bt) producen una toxina insecticida llamada Bt , la cual se acumula en el suelo.

Desaparición de biodiversidad


La contaminación genética pone en peligro variedades y especies cultivadas tradicionalmente. El aumento del uso de productos químicos eliminan o afectan gravemente a la flora y a la fauna no objetivo.

El incremento del uso de pesticidas aumenta la contaminación química


Con las plantas tolerantes a herbicidas, el agricultor puede usar mayores cantidades de agrotóxicos para acabar con las llamadas "malas hierbas". Hoy por hoy existen datos que demuestran que, debido a esto, se están utilizando muchos más pesticidas en los cultivos transgénicos que en los convencionales.
La presencia de glifosato (el herbicida asociado a la soja transgénica RR de Monsanto) en el suelo, en las aguas y en los alimentos es cada vez mayor.
En cuanto a las plantas Bt, no se ha verificado una reducción del uso de agroquímicos. Sin embargo han aparecido plagas resistentes al Bt con el consiguiente perjuicio para la agricultura ecológica.

EFECTOS DE LOS TRANSGÉNICOS PARA LA AGRICULTURA

Campesinos bolivianos muestran patatas producidas respetando el medio ambiente.

Aparición de resistencias que obligan a utilizar pesticidas cada vez más fuertes
Los organismos atacados por las toxinas de las plantas Bt se vuelven resistentes a esta toxina.

Las plantas Bt segregan una forma activa de la toxina Bt en todo su ciclo vital; esto hace que la toxina pierda su eficacia y aparezcan plagas resistentes. Además inutiliza un insecticida fundamental en agricultura ecológica: los agricultores ecológicos utilizan un aerosol natural bacteriano que vive relativamente poco (se degrada rápidamente con la luz) y SÓLO SE ACTIVA en los sistemas digestivos alcalinos de ciertos gusanos y orugas.
El gen de tolerancia a un herbicida puede transferirse a otras plantas (por ejemplo, a las mal llamadas "malas hierbas"), que de este modo se hacen también tolerantes. Idénticamente, los rebrotes o las plantas que nacen de semillas de los cultivos transgénicos de años anteriores se hacen tolerantes a los herbicidas.

Contaminación de otros cultivos


Los cultivos transgénicos pueden transferir su modificación genética a los cultivos convencionales o a los ecológicos. De hecho, se han dado en España gran cantidad de casos de contaminación; a varios agricultores y ganaderos ecológicos se les ha retirado la certificación porque el organismo de control de la agricultura ecológica encontró que sus cosechas estaban contaminadas. En la agricultura y la ganadería ecológica no está permitido el uso de transgénicos. Estos casos, que ocurren cada vez con mayor frecuencia, son la evidencia de que la agricultura biotecnológica y la agricultura libre de transgénicos no pueden coexistir.

Pueden hacer disminuir la producción
No se ha constatado que los cultivos transgénicos tengan mejores rendimientos. En varios casos se han verificado pérdidas de hasta un 7% del rendimiento en soja transgénica en los EEUU. En España, un grupo de investigadores ha demostrado que los maíces transgénicos producen menos que las variedades equivalentes no transgénicas (ver informe "Al grano: impacto del maíz transgénico en España").

Dependencia de los agricultores hacia unas pocas multinacionales


Sólo un puñado de empresas (el 90% de los transgénicos están en manos de Monsanto) controlan el mercado de estas semillas y de los productos químicos asociados. Estas multinacionales han patentado sus semillas. Son las llamadas biopatentes. Han decidido ponerle precio a la vida, cuando la riqueza de la biodiversidad siempre ha sido un patrimonio de los pueblos y nunca ha tenido propietarios que pudieran cobrar a un campesino por utilizar la simiente de sus propias cosechas. La semilla, además de ser un insumo clave para los productores es la base de la soberanía alimentaria: las semillas no pueden pertenecer a unos pocos en detrimento de la inmensa mayoría.

Los consumidores los rechazan y, consecuentemente, la industria alimentaria también. Esto hace que los agricultores que los cultiven asuman más riesgos económicos que los que cosechan cultivos aceptados.

EFECTOS SOCIOECONÓMICOS DE LOS TRANSGÉNICOS


Mujeres cargando cestos de semillas para secarlas al sol.

Los OMG refuerzan el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales. Son una de las herramientas predilectas en manos de estos dictadores de la alimentación y no constituyen en absoluto un medio para luchar contra el hambre, sino que aumentan los problemas alimentarios.

La Tierra produce comida suficiente para alimentar a toda la población mundial. El problema del hambre se debe al mal reparto de los recursos y se puede resolver con decisiones políticas. En las condiciones actuales de organización de los mercados, un aumento de la producción no serviría para abastecer a los más necesitados sino para aumentar la concentración de la riqueza.

Los países que han adoptado masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una agricultura no sostenible. Esto se cumple en el caso de Argentina. La entrada masiva de la soja transgénica en 1996, cultivo del que este país es uno de los primeros productores y exportadores mundiales, exacerbó la crisis de la agricultura argentina con un alarmante incremento de la destrucción de sus bosques primarios, el importante desplazamiento de campesinos y trabajadores rurales, un aumento del uso de herbicidas y una grave sustitución de producción de alimentos para consumo local.

La mitad de la población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza. Durante la crisis alimentaria argentina, en la que los casos de desnutrición fueron tan graves que la ONU abrió una oficina de control en Buenos Aires, las exportaciones de soja y maíz argentinos siguieron alimentando a las ganaderías de los países ricos.

El déficit en micronutrientes en las dietas de muchos países en vías de desarrollo está directamente relacionado con la falta de biodiversidad agropecuaria y es consecuencia de la falta de verduras, de frutas y de alimentos frescos en general. El modelo de agricultura intensiva y transgénica que fomenta el monocultivo no hará sino acentuar estos problemas.

La introducción de los OMG en la agricultura exacerba el monopolio de unas pocas multinacionales del Norte no sólo sobre la producción de alimentos. Con las OMG cinco multinacionales tendrían también el control sobre las semillas y sobre su comercialización. En Argentina, por ejemplo, 160.000 familias tuvieron que abandonar sus tierras en la última década porque no podían competir con las grandes agropecuarias. La política de concentración promovida por Monsanto ha creado un modelo de sociedad donde unos pocos se llevan los beneficios a costa de la mayoría y donde se incrementan las diferencias entre pobres y ricos.

Antes de la llegada de los transgénicos hubo otra promesa de erradicar el hambre en el mundo basada en la agricultura industrial, llamada revolución verde. Sin embargo, los resultados están a la vista. La revolución verde fue una campaña de gobiernos y empresas para convencer a los agricultores de países en desarrollo para que sustituyeran cultivos autóctonos por variedades de alto rendimiento dependientes de productos químicos y fertilizantes. En la India provocó la pérdida de casi 50.000 arroces distintos, en Indonesia se extinguieron 1.500 variedades locales de arroz en los últimos 15 años. Los insecticidas y herbicidas causaron la pérdida de pescados, gambas, cangrejos, ranas que vivían en los arrozales. Al utilizar unas pocas variedades de semillas, las plagas provocaron grandes devastaciones. Desde que en los años 40 Estados Unidos introdujera los insecticidas, las pérdidas de cosechas por plagas se han incrementado un 13%.

La solución al hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de tecnologías sostenibles y justas y por el empleo de técnicas como la agricultura y la ganadería ecológica. Éstas ya existen pero carecen del apoyo necesario para su puesta en marcha o para su generalización. La industria biotecnológica utiliza su poder comercial y su influencia política para desviar los recursos financieros que requieren estas soluciones duraderas y sostenibles.

EFECTOS DE LOS TRANSGÉNICOS PARA LA SALUD

Alimentos transgénicos: una amenaza para la fertilidad. Un estudio revela que un maíz modificado genéticamente afecta a la reproducción en ratones

Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos no se están evaluando correctamente. Hay informes científicos en los que se muestran evidencias de riesgos a la salud: nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos. Estos cultivos se han aprobado basándose en la equivalencia sustancial, es decir la comparación de un OMG con un equivalente no modificado genéticamente; si no se detecta una diferencia significativa el OMG se declara seguro. Este concepto es muy criticado por gran parte de la comunidad científica.

La ingeniería genética puede afectar la seguridad de los alimentos fundamentalmente de dos maneras:

  • la alteración o inestabilidad de los genes puede hacer que las plantas produzcan nuevas toxinas.
  • las proteínas que produce el gen extraño puede ocasionar alergias o toxicidad.

Hasta el momento se ha constatado los siguientes efectos sobre la salud:

Aparición de nuevas alergias por introducción de nuevas proteínas en los alimentos.

En EE.UU., en el conocido caso del "Maíz Starlink" (2000) se encontraron en la cadena alimentaria trazas de un maíz transgénico no autorizado para consumo humano que provocó graves problemas de reacciones alérgicas.

Aparición de resistencias a antibióticos en bacterias patógenas para el hombre (en algunos OMG se utilizan genes antibióticos como marcadores). Es decir, algunos transgénicos pueden transferir a las bacterias la resistencia a determinados antibióticos que se utilizan para luchar contra enfermedades tanto humanas como animales (por ejemplo, a la amoxicilina). La Asociación de Médicos Británica ha recomendado prohibir el uso de estos genes marcadores.

Aparición de nuevos tóxicos en los alimentos (debido a los cultivos Bt o a las proteínas que se utilizan como marcadores en los OMG).

Incremento de la contaminación en los alimentos por un mayor uso de productos químicos en la agricultura.

Disminución en la capacidad de fertilidad.

Según un estudio hecho público por el gobierno austriaco, la fertilidad de los ratones alimentados con maíz modificado genéticamente se vio seriamente dañada, con una descendencia menor que los ratones alimentados con maíz convencional.

Otro estudio científico se añade a una larga lista de estudios independientes sobre los impactos ambientales y los riesgos para la salud de los productos transgénicos, que de forma reiterada son ignorados por las autoridades españolas y europeas.

Un nuevo estudio realizado por científicos franceses de las universidades de Caen y Rouen sobre tres variedades de maíz modificado genéticamente, muestra claras evidencias de riesgos para la salud. Se trata del maíz MON 810, único cultivo transgénico aprobado en la UE, y otros dos maíces autorizados para su importación y para su entrada en alimentación humana y animal.

El estudio se ha realizado a través de ensayos realizados por la multinacional Monsanto, que comercializa los tres maíces. El equipo científico examinó los datos de ensayos con ratas que se presentaron para conseguir su autorización, que eran hasta ahora confidenciales y han sido obtenidos en muchos casos por vía judicial. Según los autores es la primera vez que estos ensayos confidenciales que Monsanto ha presentado para autorizar sus productos son revisados por investigadores independientes

Los científicos han encontrado al analizar los datos evidencias claras de riesgos para la salud en parámetros sanguíneos asociados con las funciones renales y hepáticas. Los cambios observados con los tres maíces transgénicos siguen patrones típicos de disrupciones en el sistema metabólico. El equipo también critica duramente la forma en la que los datos fueron analizados por Monsanto, sin cumplir los estándares estadísticos internacionales ni los estándares para ensayos alimentarios.

Los tres maíces tienen, si embargo, el visto bueno de las autoridades europeas, que han permitido su importación para entrar en la alimentación humana y animal en Europa y uno de ellos, el MON810, se cultiva sobre todo en España.

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS: SALUD.

La producción de alimentos, por ejemplo la producción de una harina o de una enzima; se han ido generando temores acerca de la inocuidad de estos alimentos, ya que se trata de productos novedosos, con una historia relativamente corta en términos de su consumo cotidiano (en 1994 se aprobó el primer tomate manipulado genéticamente en los Estados Unidos (EEUU), y era un tomate de larga duración

Así mismo, es en ese país en donde se encuentran las compañías transnacionales más importantes y en donde más pruebas agronómicas y liberaciones al ambiente se han llevado a cabo. También es interesante anotar que son los consumidores norteamericanos quienes han estado ingiriendo alimentos transgénicos comerciales y utilizando aditivos e ingredientes manipulados genéticamente, durante más largo tiempo sin encontrarse al parecer ningún daño a su salud.

El área de mayor auge en la producción de alimentos transgénicos es la biotecnología agrícola, que maneja principalmente la creación y cultivo de plantas que permiten obtener rendimientos agronómicos más altos, con miras a mejorar la productividad en ciertos cultivos básicos como maíz, soya, canela y algodón. Los rasgos más manipulados en estos cultivos han sido hasta ahora la resistencia a insectos, la tolerancia a herbicidas y la resistencia a enfermedades virales, lo que ha permitido evitar la aspersión de una cantidad considerable de toneladas de insecticidas y agroquímicos, o bien, aplicar un cierto herbicida comercial que elimina a las malezas sin afectar el cultivo en cuestión. Como hemos mencionado anteriormente .Estos transgénicos representan ventajas para el agricultor que los compre y los cultive. Pero para el consumidor aún no existe un beneficio claro al consumir estos productos.

Una segunda revolución que afectará nuestra salud. Gracias a las manipulaciones genéticas, podremos consumir alimentos naturales que combatirán en forma preventiva nuestras deficiencias y las agresiones del entorno. Los biólogos ya saben cómo obtener bananas antidiarreicas, papas que reducen el colesterol y un arroz productor de vitamina A que salvará a los niños asiáticos de la ceguera que hoy padecen por su carencia. Vamos hacia un mundo sin medicamentos, comparable a la agricultura sin pesticidas. (3)

En el ámbito de la Republica Argentina, en el artículo 33 de la Constitución Nacional. Con el otorgamiento de jerarquía constitucional a varios documentos internacionales sobre Derechos Humanos, en virtud de lo previsto por el artículo 75 inciso 22, ya no se puede negar el derecho a la salud de todos los habitantes de la Argentina y el deber estatal de hacer todo lo posible por garantizar dicho derecho.

Vinculado al concepto de “salud” se encuentra la llamada “calidad de vida”. Se puede decir que la calidad es el derecho a la vida “vivido” con dignidad, es decir es la posibilidad de vivir y no de sobrevivir. Los consumidores tienen el derecho a una calidad de vida razonable, por lo que los productos que han de consumir deben respetar dicho parámetro, deben poder sustanciar una vida digna y saludable. (4)

La regulación de Estados Unidos de los OMG. Con respecto al etiquetado de los mismos.

Los Estados Unidos de Norte América. A diferencia de la Unión Europea, las agencias regulatorias de los Estados Unidos de Norte América consideran a los OGMs como un producto más en el mercado de alimentos que debe sujetarse a los mismos procedimientos de análisis de inocuidad estipulados para los productos no transgénicos. Desde 1992, la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) no ha establecido el etiquetado de alimentos que incluyan OGMs a menos de que "el alimento difiera de su contraparte convencional de tal forma que el nombre usual no pueda aplicarse al nuevo alimento, o en si en su uso existe algún riesgo ante el cual los consumidores deban ser alertados".Con evidencia científica que indique que los OGMs representen riesgos inaceptables para la salud humana o el medio ambiente.

SEGURIDAD ALIMENTARIA: “EQUIVALENCIA SUSTANCIAL”

La seguridad alimentaria de las plantas transgénicas ha despertado acalorados debates en la sociedad.

Los alimentos transgénicos, antes de llegar al mercado sufren una serie de evaluaciones rigurosas (realizadas por comités independientes) sobre su seguridad alimentaria y sus cualidades nutritivas, de tal modo que se puede decir que estos controles son, en general, más severos que los que se emplean en otros productos alimenticios.

El objetivo de estos estudios previos es asegurarse de que como mínimo, no se altera el nivel de seguridad del producto convencional del que deriva el transgénico. *En la Unión Europea, tales cuestiones están reguladas por la Directiva EC 258/97, a la que se amoldan las leyes nacionales.

Para esta evaluación se ha introducido el concepto de "equivalencia sustancial", según el cual, si un alimento procedente de la nueva biotecnología se puede caracterizar como equivalente a su predecesor convencional, se puede suponer que no plantea nuevos riesgos, y por lo tanto, es aceptable para consumo. Este concepto fue introducido por la OCDE en 1993 (antes de la comercialización de ninguna planta genéticamente manipulada), tras varios años de trabajos de numerosos expertos de muchos países.

En 1996 la OMS y la FAO recomendaron su adopción como base para los estudios de seguridad alimenticia de los OGMs. La propia OCDE sigue profundizando en este enfoque, en un intento de mejorarlo, de modo que en la actualidad se están desarrollando nuevas metodologías de evaluación que incluyen la identificación de niveles de nutrientes, Antinutrientes y posibles toxinas y alergenos en todo tipo de plantas de cultivo.

Pero hay que tener claro que la equivalencia sustancial no viene a sustituir a evaluaciones de seguridad más rigurosas, sino sólo a exigir que la variedad GM sea tan segura como la antigua predecesora. De hecho, en el caso de identificarse alguna diferencia, se realizan ensayos nutricionales, inmunológicos y toxicológicos adicionales.

Algunos críticos, han señalado que el enfoque de equivalencia sustancial es inadecuado para encarar los posibles riesgos de las plantas transgénicas, y quisieran que dichas plantas fueran sistemáticamente analizadas en busca de cualquier diferencia cualitativa o cuantitativa respecto de las plantas tradicionales, y sometidas a sistemáticos análisis de toxinas.

Cuando la ingeniería genética introduce un nuevo rasgo en una planta de cultivo, la planta manipulada puede que no sea sustancialmente equivalente a la convencional. En estos casos la evaluación de su seguridad requiere responder a una serie de cuestiones relativas a, por ejemplo:

- posible transferencia genética

- posibles cambios no buscados

- cambios buscados por la manipulación; etc.

Veamos esto con un ejemplo: La soja manipulada para hacerla resistente al herbicida glifosato contiene un nuevo gen que determina la enzima EPSPS (relacionada con el metabolismo de los aminoácidos aromáticos). Y Aquí se produjo lo siguiente: los estudios moleculares demostraron que se produjo e cambio buscado en la planta.

Agencias reguladoras de 13 países han aprobado el uso de las habas de soja, y en los EEUU. cientos de millones de personas llevan varios años consumiendo productos derivados de soja transgénica sin que se haya visto el menor efecto sospechoso todavía.

ASPECTOS BÁSICOS DE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

La modificación genética implica introducir en los alimentos, genes provenientes de otras especies (u organismos), porque esta información específica que contiene el gen introducido no se transmite naturalmente por los métodos reproductivos tradicionales, por lo tanto se recurre a métodos invasivos, ya sea inyectándolos, o utilizando técnicas basadas en una acción viral o bacterial.

Esta modificación implica introducir códigos genéticos de una proteína que nunca estuvo presente en ese organismo. Por lo general, el gen introducido está acompañado por secuencias, y entre ellas un promotor que es el que controla la expresión de los genes introducidos, encargado de activar al gen en cuestión y por lo tanto el que inicia la transcripción del ácido desoxirribonucleico (ADN). Este promotor es generalmente tomado de virus de plantas. Asimismo, hay un gen marcador que permite que los ingenieros genéticos comprueben si el gen que se intenta introducir está presente y se caracteriza, por lo general, porque es resistente a algún antibiótico o herbicida (Herbert, 2003).

Aspectos críticos para la salud

Gran parte de la controversia sobre los alimentos genéticamente modificados gira en torno de hasta qué punto son un riesgo y si vale la pena correrlo. Entre los riesgos y preocupaciones en esta área están los siguientes (Herbert, 2003):

- Alergias: los genes codifican proteínas y algunas de éstas pueden provocar alergias.

Sobre este particular hay que reconocer que ningún examen puede prevenir con certeza la alergenicidad, por lo que –entre otros aspectos- son insuficientes las pruebas de equivalencia sustancial que se realizan en esta materia. Hay varias razones para que así suceda. Primera, la mayor parte de las proteínas que son alergénicas son estables en el calor y permanecen estables durante la digestión, pero algunos alergenos no son estables en ambos casos, por lo que los procedimientos de prueba convencionales los pasarían por alto. Segunda, muchos alergenos comparten secuencias genéticas con alergenos que ya se conocen, pero no en todos los casos. Tercera, las proteínas alergénicas no tienen que estar codificadas por un solo gen introducido en una secuencia que se considera inocua, dada la posibilidad de que se hayan insertado diversas secuencias en diferentes sitios del genoma.

Son diversas las consecuencias de las alergias a los alimentos y de la especial sensibilidad a éstos. Una reacción severa es el shock anafiláctico (anaphylactic shock), cuyos síntomas incluyen dolor intenso, problemas para respirar y puede incluso llegar a ser mortal. Hay consecuencias menos severas, entre las que se encuentran el salpullido, efectos de malestar generalizado o gastrointestinales, como diarrea o estreñimiento. También se puede tener la sensación de estar agripado. En cuanto a la sensibilidad a losmalimentos, ésta puede durar desde horas hasta días y pasar inadvertida por los exámenes de rutina utilizados para detectar alergias. La alergia a los alimentos es un problema particular entre los infantes y bebés, ya que puede perdurar de por vida, así como causar dificultades para el aprendizaje y en el comportamiento neuronal, entre otras. Las poblaciones precitadas son particularmente vulnerables porque tanto la capa que cubre su sistema digestivo como su sistema inmunológico están aún inmaduros.

Además, los bebés consumen, comparativamente, una variedad limitada pero mayor (relativa a su peso corporal) y constante de alimentos; por ejemplo, la ingesta de leche de fórmula de soya transgénica.

A la fecha no se han realizado investigaciones específicas de los alimentos genéticamente modificados y sus posibles efectos en las poblaciones de alto riesgo o vulnerables, como los niños pequeños, los enfermos, las personas de la tercera edad, las mujeres embarazadas, las lactantes y las que tienen comprometido su sistema inmunológico.

Al respecto hay que considerar que los agentes alergénicos y las toxinas pueden surgir no sólo de los propios genes insertos, sino que también pueden originarse de los eventuales cambios que lleguen a darse en el comportamiento de los organismos una vez que éstos han sido genéticamente modificados. Así, por ejemplo, puede presentarse una producción mayor o menor de una sustancia que normalmente podría producirse en cantidad muy limitada podría hacerlo ahora en cantidad mayor, y viceversa, lo que eventualmente conllevaría a riesgos en la salud de los consumidores.

Además, el gen puede insertarse en medio de otros genes, interrumpiendo o variando así sus funciones originales. La producción de proteínas puede verse afectada de diversas formas, mientras que la respuesta del organismo al ser genéticamente modificado puede alterar su metabolismo de distintas maneras, como por ejemplo, originando reacciones secundarias con efectos dañinos para la salud.


- Resistencia a antibióticos: para probar el éxito de la modificación genética practicada, en gran parte de los casos, se utilizan genes marcadores que tienen la característica de ser resistentes a algún antibiótico; y se ha demostrado que fragmentos de ADN pueden transferirse a la flora intestinal humana nativa. Aunque esto haya sido negado por la industria es un hecho que ya no pueden sostener dicha posición, especialmente cuando se analizan a la luz de las diversas evidencias científicas compiladas y analizadas en el trabajo de Tappeser et al. (2002).

Adicionalmente es importante destacar que la transferencia de resistencia antibiótica a los microorganismos que se desarrollan en el sistema intestinal es particularmente riesgoso en el caso de los grupos de alto riesgo como los infantes, las personas convalecientes, el grupo de la tercera edad, las personas con problemas de inmunodeficiencia, lactantes y embarazadas, entre otros, sin omitir que los mismos riesgos son comunes a todos los animales. Al respecto, hace poco más de un lustro la Asociación Médica Británica (BMA, 1999) advirtió sobre el uso de estos genes marcadores resistentes a los antibióticos en los alimentos transgénicos, señalando que este tipo de riesgo es del todo inaceptable.

- Preocupaciones por el uso de virus en las modificaciones genéticas: como es sabido, en la construcción de los alimentos genéticamente modificados se insertan también secuencias genéticas de virus para activar a los genes introducidos de interés (conocidos como promotores); sin embargo, los efectos que éstos fragmentos de virus pueden tener para la salud de los consumidores han sido poco estudiados.

Además, hay plantas modificadas genéticamente para ser resistentes a los virus, mediante la incorporación de porciones de proteínas virales en ellas.

Sobre este último aspecto, tampoco se cuenta con una comprensión clara de los efectos que puede tener esta práctica en la salud humana.

- Otros: los efectos tóxicos de los alimentos transgénicos pueden llegar a ser severos e inclusive letales. Si bien no es muy probable que se comercialice un alimento dañino, cantidades imperceptibles de ciertas sustancias que escapen a las pruebas de rutina de laboratorio o que no se encuentran contempladas en éstas, pueden acarrear efectos negativos a partir de su presencia y eventual acumulación en el organismo humano.

Este fue el caso del suplemento alimentario L-triptófano obtenido a partir de la bacteria Bacillus amyloliquefaciens genéticamente modificada, lo cual ocasionó una condición denominada “mialgia eosinofílica”, síndrome caracterizado por graves dolores musculares (mialgia) y por un incremento anormal de los leucocitos (eosinofilia) que provocó la muerte de al menos 37 personas, además de daños permanentes a 1500 individuos en los EE. UU. Entre 1989 y 1991.

Este ejemplo también es un estudio de caso de la responsabilidad de las corporaciones, ya que Showa Denko, la única empresa involucrada en esta situación, no realizó mayores investigaciones, y si las hizo, no las dio a conocer (Fagan, 1997)

- Posibilidad de alterar el contenido nutritivo: Un estudio independiente encontró que una variedad de soya transgénica específica contenía menores cantidades de fitoestrógenos2 que lo esperado (Lappé et al., 1999). Si bien es cierto que los cambios en calidad y cantidad de nutrientes en los alimentos se presentan de forma natural, es preocupante el desconocimiento o la falta de evidencia que se tiene sobre los efectos que estas variaciones puedan tener sobre los organismos, ya que la manipulación genética hace que se acumulen en mayor cantidad estas variaciones, al reducirse la posibilidad de alternar variedades que podrían subsanar las alteraciones precitadas.

Algunas contradicciones en torno a los alimentos genéticamente modificados

De acuerdo con Herbert (2003), la defensa que se hace de los alimentos transgénicos, en nombre del bienestar de la humanidad, suele cambiar de acuerdo con las circunstancias. Para negar las posibilidadesde que la ingesta de estos alimentos puedan ocasionar alergias, toxicidad o efectos ambientales, se afirma que el ADN y las proteínas modificadas introducidas, se descomponen y por lo tanto, no sobreviven ni pueden ser transmitidas. Por otra parte, para promover el uso de organismos vegetales como fuente de vacunas u otro tipo de medicamentos, se argumenta que las proteínas modificadas son muy estables. Esto hace que surjan cuestionamientos sobre lo que se está haciendo al producir estas modificaciones genéticas en organismos cuyos productos están destinados para la población humana y animal.

OPINIÓN DE LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (OMS)

El 23 de junio del 2005, la OMS, por medio del Departamento de Inocuidad Alimentaria, dio a conocer el informe Biotecnología moderna de los alimentos, salud y desarrollo humano: estudio basado en evidencias, el cual señala, con respecto a la realidad acerca de la seguridad para la salud y el ambiente de estos organismos, lo siguiente:

- “La introducción de un transgén no es precisamente un proceso controlado, y puede tener varios resultados con respecto a la integración, la expresión y la estabilidad del transgén en el huésped.”

- “Hasta el presente no pueden generalizarse evidencias concluyentes sobre las ventajas ambientales ni sobre costos a partir de cultivos genéticamente modificados”.

- “En la actualidad, las diversas promesas de la biotecnología moderna que podrían tener un impacto sobre la seguridad alimentaria, todavía no se han realizado en la mayoría de los países en desarrollo”.

- “(...), los rasgos novedosos de los organismos genéticamente modificados (OGM) también pueden acarrear riesgos directos para la salud y el desarrollo humano.

Muchos de los genes y rasgos usados en los OGM agrícolas, aunque no todos, son novedosos y no se conocen antecedentes de uso alimentario inocuo.”

- “Los OGM también pueden afectar la salud humana indirectamente mediante impactos perjudiciales sobre el medio ambiente o mediante impactos desfavorables sobre factores económicos (incluyendo el comercio), sociales y éticos.”

- “(...), con la tecnología actual muchas veces puede haber una inserción aleatoria en el genoma huésped y en consecuencia tener efectos de desarrollo o fisiológicos no deseados.”

- “(...) considerar los cambios en la composición de los alimentos no debe ser la única base para determinar la inocuidad, (...)”

- “Una serie de consultas de expertos de FAO/OMS (...) reconocieron que los estudios con animales pueden ser de utilidad pero que hay dificultades prácticas para obtener información significativa de las pruebas toxicológicas convencionales, especialmente con estudios en alimentos completos en animales de laboratorio (...). Lasconsultas también observaron que se conoce muy poco sobre los efectos potenciales a largo plazo de cualquier alimento. En la actualidad, no hay información concluyente sobre los posibles efectos sobre la salud de las modificaciones que cambiarían significativamente las características nutricionales de cualquier alimento, (...)”

- “La expresión genética de los cultivos (...) genéticamente modificados está sujeta a cambios ambientales.”

- “(...) se ha demostrado que la ingesta de ADN de los alimentos no necesariamente se degrada por completo durante la digestión, y que pueden hallarse pequeños fragmentos de ADN provenientes de alimentos GM en diferentes áreas del tracto gastrointestinal. Las consecuencias de la transferencia horizontal de genes (THG) pueden ser significativas en algunas condiciones de salud humana, (...)”

- “(...) no hay una prueba definitiva para determinar el potencial de alergenicidad de una proteína nueva.”

- “No se comprende totalmente la base celular de las respuestas inmunes, y en general se necesita un mejor entendimiento de la interacción del sistema inmune y los alimentos para descifrar si determinados alimentos GM pueden tener impactos sobre el sistema inmune aparte de alergenicidad.”

- “Se ha informado de la inserción de vectores virales dentro de genes funcionalmente importantes de pacientes receptores en el campo de la biomedicina, y si bien dichos vectores no se usan comúnmente en la producción de alimentos, esta evidencia indica la limitada comprensión de los mecanismos que guían la inserción de constructos genéticos.”

Adicionalmente, en este informe se puede ver que es indudable que los sistemas reguladores de seguridad en esta materia han estado y están en desacuerdo, además de ser confusos.

La incertidumbre y los cuestionamientos críticos reconocidos por la OMS han sido planteados en lo pasado tanto por organizaciones de la sociedad civil y de consumidores alrededor del mundo, como por científicos independientes

¿QUÉ PUEDES HACER TÚ?


Observadores de transgénicos comprobando el etiquetado en el Alcampo de Zaragoza

Para garantizar una cadena alimentaria libre de transgénicos y de sus derivados, debemos seguir rechazando su empleo por parte de la industria. ¡Contamos con el uso de tu libertad de elección a la hora de comprar!

¡Rechaza los transgénicos!
Los productos de la lista verde de esta guía pertenecen a empresas de las que Greenpeace ha recibido respuesta o recogido declaraciones respecto a sus políticas de no utilización de transgénicos o de sus ingredientes derivados.

Conviértete en un observador de transgénicos

Cuando vayas a comprar, fíjate en la etiqueta. Si encuentras un producto en cuyo etiquetado hay ingredientes derivados de Organismos Modificados Genéticamente (OMG), anota los detalles del producto, si es posible saca una foto, e infórmanos.


Devuelve los productos con transgénicos
Si compras sin darte cuenta un producto cuya etiqueta indica que contiene transgénicos, pide al comerciante que te lo cambie o que te devuelva el dinero. Pide a tus amigos que hagan lo mismo. Mira los productos identificados hasta el momento en el apartado "Productos transgénicos".

Compra productos ecológicos
En la agricultura y la ganadería ecológicas no está permitido el uso de transgénicos ni sus derivados, consumiendo este tipo de productos garantizas la salvaguarda del medio ambiente y proteges tu salud.


Compra productos de temporada
Apostando por frutas y hortalizas de temporada, contribuiremos a reducir el transporte, y por tanto emisiones que agravan el cambio climático. Si tenemos en cuenta que hayan sido cultivadas cerca, contribuiremos al fomento de la agricultura local.

Evitar en lo posible los productos elaborados y precocinados
Suelen contener un sinfín de ingredientes, emulgentes, glucosas, etc que proceden del maiz o de la soja, con alta probabilidad de contener transgénicos.


Fomenta las zonas libres de transgénicos
Propone a tu Ayuntamiento que se declare Zona Libre de Transgénicos (aquí encontrarás amplia información de como llevar a cabo esta iniciativa).

Participa
Colabora en las iniciativas que desarrollamos (ciberacciones, cartas a fabricantes, a políticos...) y que publicamos con regularidad en nuestra página web.

Corre la voz
Informa a todos tus amigos y amigas de los problemas de los transgénicos y de lo que pueden hacer para evitarlos y para parar su expansión.

Difunde la exposición sobre los transgénicos
Pincha aquí para verla. Si quieres recibir la exposición en alta resolución solo tienes que enviarnos un mensaje a informacion@greenpeace.es con tus datos de contacto y con una pequeña explicación de tus objetivos de divulgación.

MANIFIESTO CONTRA LOS TRANSGÉNICO

Presentación de la nueva edición de la Declaración de la Sociedad Civil contra el uso de transgénicos en agricultura y alimentación, con el apoyo de más de 500 científicos, docentes y representantes de multitud de sectores sociales

Desde Amigos de la Tierra, COAG, Ecologistas en Acción y Greenpeace han promovido una Declaración de personalidades y organizaciones de la sociedad civil sobre las aplicaciones de la biotecnología en la modificación genética de plantas. Frente a las promesas de la industria queremos aportar un documento que muestre la realidad de la introducción de los transgénicos.

La clase científica es una parte importante del debate y la sociedad en su conjunto es además quien debe tomar las decisiones que afectan a la agricultura, la alimentación, las aplicaciones de los transgénicos y el derecho a producir y consumir en libertad.

Presentación de la nueva edición de la Declaración a 18 de marzo de 2010. Comunicado: Agricultores, ecologistas y consumidores se movilizan contra los transgénicos. Más de 500 científicos y representantes de la sociedad civil apoyan una declaración contra su uso en agricultura y alimentación

LA POSICIÓN DE LOS ECOLOGISTAS Y DEMÁS PERSONAS EN CONTRA

El Dr. Jonh Fogan pidió una suspensión de cincuenta años en la liberación al ambiente de organismos genéticamente tratados , hasta que no se haya acumulado suficiente investigación que demuestre su inocuidad.
Los controles de seguridad nunca serán adecuados porque, una vez modificados, los organismos nunca pueden ser retirados del medio ambiente y sus efectos se extienden sin límite. Se corre el riesgo de que cada persona en el mundo este pronto comiendo alimentos genéticamente manipulados y esté bajo riesgo.

Los hechos científicos demuestran la necesidad de su inmediata prohibición mundial.

Los alimentos genéticamente tratados están siendo introducidos sin tener en cuenta la salud, sin embargo sus posibles efectos dañinos son irreversibles. Incluso con la actual investigación está bastante claro que la prohibición de alimentos genéticamente manipulados y una moratoria sobre la distribución de organismos genéticamente manipulados es esencial para proteger la salud. Debe exigirse a las autoridades que se encarguen de ejercer los mecanismos de control, que realicen sus trabajos sin ceder ante los imperativos comerciales y políticos. Puesto que los países de Europa ya están prohibiendo esta clase de productos, es muy probable que estas compañías busquen mercado en países mas permeables como los sudamericanos , dada la
predominante falta de información sobre el tema . Entretanto debe exigirse el etiquetado de todos los alimentos que contengan algún ingrediente transgénico.

Opinión de un ecologista: “La cruda realidad es que los alimentos manipulados genéticamente no son más baratos, ni más sanos, ni solucionan los grandes problemas de la humanidad. Muy al contrario, la práctica totalidad de los nuevos cultivos han sido diseñados exclusivamente con el objetivo de aumentar las ganancias y el control del mercado mundial de alimentos por la industria agroquímica transnacional, que controla el gran negocio mundial de los herbicidas y plaguicidas químicos, y que recientemente se ha fusionado con las grandes casas mundiales de semillas.(…)”

REGLAMENTACIONES PARA LA COMERCIALIZACIÓN Y EL CONSUMO DE LOS ALIMENTOS TRANSGÉNICOS

La conclusión de la Ronda de Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales en Marrakech en 1995 dio lugar al establecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC), a la entrada en vigor del Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y al Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC). Ambos Acuerdos son importantes para comprender los requisitos de las medidas de protección de los alimentos en el plano nacional, y las normas para las cuales se realizará el comercio internacional de alimentos tanto convencionales como transgénicos (FAO, 2002)
El Acuerdo MSF confirma el derecho de los países miembros de la OMC a aplicar medidas para proteger la vida y la salud humana, animal y vegetal. El Acuerdo comprende todas las leyes, decretos y reglamentos pertinentes, los procedimientos de comprobación, inspección, certificación, aprobación, y los requisitos de envasado y etiquetado directamente relacionados con la inocuidad de los alimentos; y alienta la utilización de normas, directrices o recomendaciones internacionales, especificando que las del Codex están en consonancia con las disposiciones del propio Acuerdo MSF, por lo tanto, sirven como punto de referencia para la comparación de las medidas sanitarias y fitosanitarias nacionales.
El Acuerdo OTC exige que los reglamentos técnicos sobre los factores de calidad tradicionales, prácticas fraudulentas, envasado, etiquetado etc., impuestos por los países no sean más restrictivos para los productos importados que para los de producción nacional. Alienta también el uso de normas internacionales (Compés, 2003; FAO, 2003; Larach, 2001).
Como complemento al marco institucional para la regulación del comercio de OMG, sobre las políticas comerciales se ha adoptado el Protocolo de Seguridad de la Biotecnología en Montreal, Canadá, el cual brinda a los países la oportunidad de obtener información antes de que se importen nuevos organismos generados mediante Biotecnología, sujetos a las obligaciones internacionales existentes; crea una estructura para ayudar a mejorar la capacidad de los países en desarrollo para proteger la biodiversidad; estipula la información que debe incluirse en la documentación que acompaña a los organismos vivos modificados (OVM) destinados a uso confinado, incluido cualquier requisito de manipulación y puntos de contacto para obtener información adicional y para el consignatario (Larach, 2001; Secretaría Convenio Diversidad Biológica, 2000)

.
En la actualidad, la protección al consumidor ha adquirido gran importancia en el mundo, su información y formación son aspectos básicos en la protección de sus derechos, su salud y su seguridad (Lambois, 2000). Un mayor conocimiento sobre todo lo relacionado con los productos alimenticios posibilita un ejercicio eficaz de sus derechos, motivo por el que las asociaciones de consumidores expresan y exigen estar informados y educados en la temática y consideran necesario un etiquetado correcto, que informe la presencia de OMGs en el producto, así el consumidor con una opinión formada podrá elegir libremente, teniendo la opción de escoger el alimento transgénico o el convencional (Gálvez y Díaz, 2000; Morón, 2003).
De hecho, hay países que ya tienen establecidas legislaciones sobre el etiquetado, entre ellos Australia, Brasil, China, Japón, Rusia y la Unión Europea, que han normalizado la información obligatoria e inclusive exigen la información en los alimentos que procedan de OMGs aunque no contengan el material como tal, no por motivos de sanidad pública o de tipo medioambiental, asuntos que deben ser comprobados en el momento de la aprobación de cada OMG, sino para garantizar la posibilidad de elección por el consumidor.
En otros países como Canadá, Estados Unidos, México, Argentina, Paraguay y Filipinas no existe esta obligación de etiquetar los OMG, salvo que se determine que son sustancialmente diferentes a los productos equivalentes convencionales. No obstante, se puede etiquetar alimentos como libres de OMG de forma voluntaria y bajo determinadas reglas.
El Codex Alimentarius también se ha pronunciado al respecto y trabaja para establecer un proyecto de directrices que aun se encuentra en una fase inicial de examen, pues aun quedan sesiones en las que no se ha logrado un consenso total entre los países, donde algunos como Australia y Tailandia se expresan contra las directrices y otros como la Unión Europea las apoyan.

ALIMENTOS TRANSGÉNICOS COMERCIALIZADOS Y EN INVESTIGACIÓN.

La comercialización de los alimentos transgénicos para el consumo humano comenzó el 18 de mayo de 1994, cuando la Agencia Alimentaria (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos autorizó el comercio del tomate "Flavr-Savr", obtenido por la empresa Calgene, al que se le realizó una modificación genética para retardar su senescencia
En la tabla 3 se exponen algunos alimentos transgénicos aprobados para su comercialización hasta el 2005, mientras que en la tabla 4 se presentan diferentes OMGs aún en investigación.

ETIQUETADO

Considero que es muy importante prestar atención al etiquetado: las etiquetas deberían decir cómo han sido obtenidos los productos y qué características especiales incorporan frente a los convencionales. De lo contrario se estaría violando con el artículo 4 de la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor que dice: quienes produzcan, importen, distribuyan o comercialicen cosas o presten servicios, deben suministrar a los consumidores o usuarios, en forma cierta y objetiva, información veraz, detallada, eficaz y suficiente sobre las características esenciales de los mismos.

Por otro lado, el artículo 42 de la Constitución Nacional, norma suprema, se vería vulnerado también ya que éste establece que los consumidores y usuarios de bienes y servicios, en la relación de consumo, tienen derecho a la protección de su salud, seguridad..., a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección....

En nuestro país, no es obligatorio el etiquetado indicando si el alimento ha sido genéticamente modificado. En mi opinión, no se debería adquirir nunca productos sin ningún tipo de etiquetado. Además, debemos enterarnos de si los productos han provocado algún tipo de rechazo hacia el gen extraño.

Existen distintos puntos de vista respecto de estos especiales alimentos

CONCLUSIÓN

Los alimentos transgénicos se han situado en el centro de un complejo debate en el que se mezclan aspectos meramente técnicos y biológicos, con otros de diversa índole: intereses generados por las patentes, protección de los consumidores, derechos de los agricultores, bioseguridad, etc. Ciertamente, la aceptación ética de la aplicación de las técnicas del ADN recombinante a las especies vegetales debe tener en cuenta el incremento de la producción y la mayor rentabilidad y seguridad de las futuras cosechas. Sin embargo, es claro que éste no puede convertirse en el único y exclusivo factor a tener en cuenta.
El debate ético sobre las especies transgénicas y su repercusión sobre la salud y el entorno del ser humano, debe partir de una crítica previa a la moderna visión instrumental de la naturaleza reconociéndole, por el contrario, un claro valor inherente. Ello puede justificar el establecimiento de límites a la actuación humana, impidiendo la consideración de lo creado como un mero objeto susceptible de apropiación. De acuerdo con ello, la aplicación de la técnica del ADN recombinante a especies vegetales sólo podría ser hipotéticamente aceptada si tuviera como finalidad la promoción del bien común humano y ambiental, de tal modo que se garantizara la inexistencia de cualquier implícito atentado o riesgo para la biodiversidad. Asimismo, debería garantizarse que van a ser tenidos en cuenta, de una manera especial, los intereses de los más necesitados de los beneficios de estas especies.
Por otro lado, es importante resaltar que el control de las nuevas especies transgénicas no puede reducirse, como ocurre en la actualidad, a un capítulo meramente privado. Se trata de una cuestión de carácter público, por los bienes que quedan afectados, especies vivas, y porque sus posibles consecuencias en el medio ambiente y en los organismos humanos afectan a toda la población, e incluso a las futuras generaciones. Por último, creo que es importante insistir en que, en la actualidad, no se cumplen, de hecho, estas condiciones. No está totalmente demostrada la ausencia de peligro para el medio ambiente y para los seres humanos derivada del cultivo y comercialización de estas especies. Al contrario, cada vez se reafirma más la existencia de verdaderos riesgos inherentes al cultivo de estas especies